Estamos en período de vacaciones, fechas muy especiales para todos pues disponemos de más tiempo para disfrutar de nuestras aficiones, familia, amigos…….aunque no todo el mundo es capaz de desconectar de los quehaceres rutinarios a los que estamos acostumbrados.
Puede que sean los peques de la casa quienes disfrutan más intensamente estos meses estivales, y es que es imposible olvidar aquellas tardes interminables de juegos, piscinas, paseos en bici…….que todos hemos disfrutado en nuestra infancia.
Iba cayendo el sol de la tarde y todo seguía siendo perfecto, tan solo la llamada de nuestros padres para volver a casa cuando se acercaba la noche, podía romper el hechizo.
Era raro que algo saliera mal, quizás alguna caída o golpe desafortunado durante los juegos, podía empañar ligeramente estos recuerdos, pero en la mayoría de los casos todo acababa con rasguños superficiales.
Si bien es cierto, que en ocasiones estos accidentes cotidianos pueden tener como consecuencias lesiones a nivel dental, como puede ser la avulsión de un diente, es decir, la salida del diente completa del alveólo o «hueco» que ocupa el diente en la boca.
Ante estas situaciones es fundamental mantener la calma y actuar con la mayor rapidez posible.
Lo primero de todo será localizar el diente avulsionado (que se ha salido de la boca), lo cogeremos por la corona y lo lavaremos bajo un chorro de agua o con suero fisiológico. Bajo ningún concepto manipular o coger el diente por su raíz, así como también estará prohibido cepillarlo o utilizar cualquier tipo de jabón en su lavado.
Una vez lavado, intentaremos recolocarlo en la boca en su hueco y a continuación debemos ir a nuestro dentista. En caso, de no ser capaces nosotros mismos de recolocarlo, acudiremos de urgencia al dentista transportando el diente sumergido en leche (a ser posible leche entera), en suero fisiológico, o incluso lo podremos llevar dentro de la boca junto a la mejilla como si se tratara de un caramelo.
Permitir que insista de nuevo, en la importancia de una actuación rápida, pues de ello depende que el propio diente pueda reimplantarse. A mayor tiempo que permanece el diente fuera de boca disminuyen las probabilidades de que el reimplante pueda llevarse a cabo con éxito.